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Scott Cooper llega con un monstruo grande que pisa fuerte

Scott Cooper se conecta por Zoom y lo primero que hace es pedir disculpas porque la “función privada” de su película no pudo ser en una pantalla grande y sólo pudo verse por un streaming rigurosamente vigilado. “Creo que tiene más fuerza a gran escala”, explica.

El director tiene razón: Espíritus oscuros es un gran filme de terror, donde los climas utilizan muchos claroscuros, escenas nocturnas y momentos de tensión, suspenso y miedo. Ideal para ver en cines. El título original es Antlers (Cornamenta), una palabra que brinda un mejor anticipo del monstruo en cuestión, basado en la leyenda indígena del Wendigo, un espíritu destructivo y caníbal.

Para Scott Cooper, un realizador acostumbrado a escribir sus propios guiones, una fuerte razón para aceptar el desafío de incursionar por primera vez en el género del terror fue la presencia de Guillermo del Toro como productor. “Me llamó y dijo que mis últimas tres películas eran de terror y nadie se había dado cuenta. Y me ofreció hacer un filme de terror propiamente dicho”.

Scott Cooper y Guillermo del Toro, director y productor de “Espíritus oscuros”.

Las experiencias de niño

Tras aceptar, Scott le contó al mexicano que, cuando era muy chico, su hermano le llevó a ver películas de terror que fueron sus mayor experiencias formativas en cine, como Venecia rojo shocking, de Nicolas Roeg; Halloween, de John Carpenter; y Alien: el octavo pasajero, de Ridley Scott.

Después leyó el guión basado en un cuento corto de Nick Antosca, que le pareció muy bien construido y siniestro, pero le comentó que consideraba que los mejores filmes de terror incluían realidades sociales y que le gustaría poder explorarlos en esa historia.

“Tanto Guillermo como los primeros guionistas -dice- fueron muy gentiles en dejarme usar lo que habían hecho y agregar más cosas. Para bien o mal, eso es lo que quedó”.

Scott Cooper, al mando de la cámara.

Más allá de ser un excelente ejercicio del cine de terror, Espíritus oscuros tiene diferentes niveles de lectura y deja entrever una crítica a la codicia de los colonizadores y la situación actual de los nativos americanos, retomando un tema de su película anterior, Hostiles. Y fue justamente en la investigación para ese film que descubrió al Wendigo, un mito del folclore nativo americano.

Wendigo, el mito

“Lo que descubrí -cuenta- es que dicen que se puede manifestar de muchas maneras, pero ante todo es un espíritu, y aquí es el espíritu de un pueblo pequeño y solitario. El Wendigo funciona como metáfora sobre los temas que la gente prefiere no enfrentar.

“También se manifiesta debido a la codicia, y sin dudas que los colonos que llegaron a nuestras tierras se dedicaron a violar y explotar los recursos naturales, que es como una especie de canibalismo.

“Así surgió el Wendigo. Me pareció una manera social y realista de reflejar esta situación, donde también hay abusos y adicción a drogas y alcohol. Algunos dirán que es demasiado, pero creo que son temas terroríficos que conciernen a los estadounidenses, y todas las películas de arte que me gustaron tenían un mensaje social”.

Niños y terror, la combinación del filme “Espíritus oscuros”.

-Sí, pero no se puede decir que tus películas tienen un mensaje.

-Exacto. Alguien dijo “Si querés mensajes llamá al cartero” (NdeR: fue Hitchcock), pero sí, espero que todo esto que hablamos esté presente como subtexto sutil.

-¿Qué es lo que más te gusta de Guillermo del Toro y cuál fue el primer filme suyo que viste?

-Obviamente Cronos y El laberinto del fauno, porque se nota que estás frente a un verdadero maestro. También hizo una película muy humana que fue La forma del agua. Y mucha gente tal vez no lo sepa, pero es un destacado productor.

Aquí estuvo involucrado desde que comencé a escribir y hasta en el diseño y creación de la criatura, llegando hasta la posproducción. Es muy generoso con su tiempo y opiniones, pero te deja hacer el filme que quisiste hacer. Recuerdo que me llamó después de ver lo que filmamos el segundo día de rodaje, me dijo que le encantaba y me elogió diciendo que estaba haciendo una película muy artística.

Una imagen del director Scott Cooper, en el Festival de San Sebastián. Foto: EFE

Directores y productores

-Siempre tuviste productores que son directores…

-A ver… Robert Duvall produjo mi primer filme, tuve a Tony y Ridley Scott para mi segunda película, y ahora Guillermo. Los directores que producen saben exactamente por lo que estás pasando en cada instancia y saben lo que estás enfrentando, especialmente en un filme de bajo presupuesto como éste.

Saben cómo ayudarte porque estuvieron en situaciones similares y esa experiencia es muy valiosa. Otros directores han ofrecido producir mis películas, y me encanta trabajar con directores. Espero que no sea mi última vez.

-¿Cómo fue el casting de los actores?

-Fue genial, aunque al principio fue muy difícil encontrar dos niños para hacer de hermanos. Vimos unos 900 actores, porque yo no quería simplemente chicos que ya eran actores, sino chicos que sentían que habían atravesado algún tipo de trauma o chicos que yo creía que podían servir para esta historia. Y no tengo más que elogios para Sawyer y Jeremy, que fueron los elegidos.

Y por supuesto que Keri Russell es una de las grandes actrices que hay; es fácil identificarse con ella y siempre es creíble. Quería una actriz fuerte como protagonista, después de muchas películas encabezadas por hombres. Incluí también a Jesse Plemons y Rory Cochrane, que estuvieron en mis últimos tres filmes y es genial poder escribir el guión pensando en un actor en particular.

Keri Russell, en una escena de “Espíritus oscuros”.

-Sin que esto sea un spoiler, ¿no pensaste en Keri como una especie de Teniente Ridley de “Alien”?

-¡Sin duda! Se parece a ella y actúa como ella. Es una observación muy atinada.

-En total pasaron cuatro años desde aquel primer contacto con Del Toro. ¿Cómo manejaste tu ansiedad e impaciencia durante las postergaciones del estreno debido a la pandemia?

-Creo que pude manejarlo porque tantos de nosotros estábamos sufriendo alrededor de todo el mundo, y parecía que los filmes no eran algo tan importante. Lo único que me importaba era que la gente pudiera superar ese enemigo silencioso que nos aquejaba. Y sabía que la película encontraría su público en el momento indicado.

Las dos cabezas de Disney me llamaron durante la pandemia y me dijeron que les encantaba la película y no querían que fuera directamente a streaming, porque creían que debía verse en cines. Ahora sale justo antes de Halloween y me parece que es un gran momento, aunque también están estrenando muchos tanques. Espero que la gente eventualmente encontrará este filme y se sentirá identificada.

-¿En estos meses de espera te pusiste a trabajar en tu siguiente proyecto, o te tomaste un descanso?

-Me puse a escribir dos guiones que quiero hacer, uno de ellos con la producción muy avanzada y con la actuación de Christian Bale, con quien trabajaré por tercera vez. Vamos a empezar el rodaje a fines de noviembre. Es la historia de un muy joven Edgar Allan Poe y las experiencias que lo llevaron a ser el padrino de las novelas de detectives y de terror.

-Al ver tu filmografía es muy difícil encasillarte en un estilo. ¿Eso se dio de manera conciente?

-Fue algo conciente, sí. Con cada película quiero estar en un terreno que no me es familiar. Creo que el riesgo artístico es uno de los grandes placeres de hacer arte. Hice un drama musical, luego vino un drama familiar con Christian Bale y Casey Affleck, después un filme de gangsters, un western y ahora una película de terror.

Todo eso me permite continuar y nunca repetirme. Algunos directores hacen el mismo filme una y otra vez, creando un estilo y una marca, pero prefiero presentar experiencias humanas diferentes. Una de las cosas más importantes es que si yo puedo verme reflejado, otros se verán reflejados. Y eso no es sobre la marca Scott Cooper, sino sobre un mundo atrapante, hermoso y quizás trágico que les muestro.

Terror en el bosque. Una escena del filme “Espíritus oscuros”.

-Desde que empezaste a dirigir dejaste de actuar, aunque habías estado en películas como “Austin Powers”. ¿Hay alguna posibilidad de unir ambas vetas?

-Desde que empecé a dirigir nunca tuve tantas propuestas como ahora para estar en una película. Pero siento que al actuar con actores como Jeff Bridges, Johnny Depp, Christian Bale o Robert Duvall, muy rápidamente te das cuenta por qué ellos son los mejores del mundo. Por eso llegué a la conclusión que mi lugar es del otro lado de la cámara, como guionista y director.

-¿Ni siquiera te tentó aparecer en un cameo, al estilo Hitchcock o Stan Lee?

-No, porque no me gusta llamar la atención hacia mí. No quiero que la gente sienta mis huellas dactilares en el filme, sino que estén completamente inmersos en los personajes y el mundo que les estoy mostrando. Creo que recién después varias películas mías pueden descubrir un hilo que las conecta.

-¿Te preocupa si “Espíritus oscuros” se convierte en un clásico? Porque vas a tener que lidiar con secuelas y precuelas.

-Muchas veces pienso que, salvo El Padrino y sus secuelas, que es muy difícil mejorar una película en una segunda o tercera parte. Ciertas historias deberían dejarse solo en su versión original. ¿Pero quién sabe si la gente querrá siquiera ir a ver cómo continúa este historia?

-En la Comic-Con del año pasado te entrevistaron junto a Guillermo del Toro y surgió que nunca habías ido a Disneylandia y él te invitó. ¿Fueron?

-¡No hicimos esa visita juntos, pero me volvió a invitar! Iré con mis hijas y nada mejor que ir con Guillermo como guía. A propósito, otra razón por la que hice esta película es que mis hijas hacen piyamadas en casa y siempre terminan mirando películas de terror, así que pensé que era una buena manera para mis hijas vean mi trabajo.

WD

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