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Ginette Reynal: su vida alejada de los medios y abocada a la pintura, su pasado con las drogas y ser abuela

Fueron muchos años de una vida pública, primero como modelo top, luego como actriz y conductora. Pero hace rato que Ginette Reynal (61) decidió mantenerse alejada de los medios y priorizar su familia y la pintura, su pasión desde chica.

Sus últimas apariciones fueron para concientizar: muchos se sorprendieron al escucharla hablar de un pasado de adicciones del que logró salir gracias a sus hijos y los grupos de apoyo anónimos.

“Creo que está bueno escuchar la campana de alguien que lo pasó. Porque en general, el drogadicto o el alcohólico está asociado a alguien que tiene una vida oscura, que está en al calle o está vinculado al rock o a la televisión. Y en realidad cualquiera lo tiene. Las drogas no respetan nada, atraviesan la sociedad entera. Es mucho más habitual y a la vez está mucho más camuflado de lo que uno se imagina”, opina.

A los 61 años, Ginette Reynal parece haber encontrado un sano equilibrio que cuida como un tesoro.

Hace unas semanas se animó a probarse como panelista en A la tarde, el magazine de Karina Mazzocco en América. Sin estar muy convencida de querer volver a la televisión, esa incursión en la pantalla chica duró lo que tenía que durar.

“Lo cierto es que el programa me tomaba demasiado tiempo del día. Porque cuando hacés televisión y un programa de actualidad no podés estar desinformada. Y hace mucho tiempo que tomé la decisión de no estar demasiado informada. O en todo caso, informarme sobre las cosas que a mí me interesan: la psicología, la filosofía, el arte”.

-Dijiste que te incomoda estar en la televisión de hoy, ¿por qué?

-Sí, no me siento cómoda. La verdad es que estoy muy bien así. Tal vez si tiene que ver con la cocina, me lo puedo llegar a plantear.

-¿MasterChef?

-Sí, ponele. Pero son muchas horas, por eso te diría que son más fantasías. A esta altura del partido priorizo mi entorno, mi vida, mi hija, mi nieto.

Su influencia en las redes y su paso por Seres Libres

En los días que corren, Ginette Reynal prefiere priorizar su entorno, su vida y su familia.

Desde que empezó a hablar públicamente de su historia de adicciones, Reynal dice que muchas personas le escriben a través de su Instagram para contarle su propia experiencia y pedirle ayuda.

-¿Te considerás una influencer?

-No. No me gusta ese término. Soy más una compartidora que influencer. Comparto mis cosas, mi forma de pensar. Y también me nutro de las cosas que comparten otras personas. No estoy muy de acuerdo con la jerarquía que plantea el influencer; estás como dándole algo a alguien desde un lugar de ‘soy más’.

-Pero en tu caso quizás lográs influenciar a alguien con tu historia de recuperación.

-Sí, me parece que influenciar de forma positiva está buenísimo. Yo comparto mi experiencia. No me gustan las cuestiones de estrellato, de ser más que alguien, de estar en un lugar de influencia. Yo prefiero pensar en “te comparto lo que hago”.

Porque el tema con los influencers es que enseguida estás en boca y en garra de los haters. Y me parece que los haters expresan lo que genera que alguien comparta desde otra altura, desde arriba.

Ginette Reynal le escapa a la categoría de influencer, y prefiere verse como alguien que comparte sus experiencias. .

-Contame de tu paso por Seres libres el programa en el que Gastón Pauls entrevista a ex adictos para generar conciencia. ¿Cómo fue esa experiencia? 

-La verdad es que desde esa nota me empezó a escribir una cantidad enorme de gente pidiendo ayuda. Lo que tiene la recuperación es que somos todos pares. Los grupos de Narcóticos Anónimos y Alcohólicos Anónimos no tienen autoridad, ni terapeutas, ni psicólogos ni nadie que dirija.

Somos nosotros entre nosotros los que nos ayudamos. Obvio que cuando nos reunimos hay un coordinador para que cada uno pueda expresarse. Pero no hay una autoridad.

¿Por qué decidiste hablar públicamente de esto en el último tiempo?

-Porque sentí que yo soy una persona que nunca te imaginarías que podría tener un problema así. Hay mucha gente que no se anima a hablar porque siente que no debe. Desde señoras que tienen problemas con el alcohol hasta gente que tiene profesiones que son conflictivas para hablar de ese tema.

Entonces, que alguien como yo lo haga quizás ayuda a que otro se anime, me escriba y yo lo redirija hacia los grupos.

-¿Y a vos qué te genera?

-Es ayudar porque a mí me ayudaron. Me reconforta el alma saber que alguien que está confundido, a oscuras, siendo presa de un problemón, puede dar un paso por sí misma.

Ginette Reynal dice que ayuda porque la ayudaron, y eso le reconforta el alma.

-¿Es cierto que tus hijos tuvieron mucho que ver con tu recuperación?

Mis hijos tuvieron todo que ver con mi recuperación. Me sentaron y me dijeron: “Mamá, basta”. Por eso está bueno hablar estas cosas. Porque si el problema lo tienen los padres, no quieren mostrarlo por miedo al ejemplo que les pueden dar los hijos. Y no se dan cuenta que los hijos se dan cuenta de todo.

Y si el problema lo tienen los hijos, los padres no saben cómo abordarlos porque no están informados. Sienten que su hijo está haciendo algo malo, y en realidad, es una enfermedad.

El arte, ser abuela y el paso del tiempo

Reynal recuerda que cuando tenía 7 años fue operada de apendicitis. Y al abrir los ojos, su papá estaba al lado con una caja de lápices de colores, un regalo que le “reforzó algo que ya tenía naturalmente”. Hace unos meses presentó sus cuadros en BADA 2021, la feria Buenos Aires Directo de Artista. 

“Siempre pinté. El arte es algo que me gustó siempre. Hace diez años que tomo clases con Rebeca Mendoza. Me agarró la pandemia en California, con mis hijos varones. Estuvimos dos meses encerrados y otros dos meses con salidas parciales”, ubica en tiempo y espacio.

Y sigue: “Ahí me metí con las clases de Rebeca por Zoom y empecé a profundizar más en el tema del color. Dejé de comprar colores y ahora compro los básicos y fabrico todos los colores que uso.”

Para Ginette Reynal la pintura es una compañera de toda la vida.

-¿Qué pintás?

-Yo pinto abstracto. Siempre pinté mancha. Siempre manché y pinté con mucha materia. Y ahora se empezó como a ordenar mi forma expresiva y este año hice una serie muy gráfica, con campos de color, con formas redondas, ovaladas, triangulares combinadas entre sí.

-Entiendo que tenés un nieto. ¿Cómo sos como abuela?

Soy una abuela muy presente. Siempre me gustaron los bebés y los niños. Y tener un bebé corriendo por mi casa, tirarme en el piso y dibujar con él me resulta muy placentero. Él es el hijo de mi hija, tiene dos años y medio y es mi primer nieto. Yo tengo un hijo de 28 que vive en California y otro de 23 que vive en Barcelona.

-¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?

-Me llevo bastante bien. Hace poco tuve COVID y se me cayó la mitad del pelo, así que estoy ayudando a los pelos nuevos a que crezcan. Pero en general me llevo bien. Me hago tratamientos no invasivos, no soy muy amiga de los rellenos ni del botox.

No me quiero volver loca con eso porque es una batalla perdida. Hace 24 años que no tomo alcohol, 8 años que no tomo drogas. No fumo, hago ejercicio, como bien. Me cuido.

E.S.

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