El joven que le pegó una trompada criminal a Arturo López (66), el playero del estacionamiento del barrio porteño de Monserrat que lleva doce días internado en terapia intensiva, sigue prófugo de la Justicia. Con el paso de las horas y la falta de indicios, el agresor pasó a convertirse en una de las personas más buscadas de la Argentina, aunque existe una gran dificultad con respecto a otros fugitivos: su rostro no puede difundirse por tratarse de un menor de edad.
Carlos M. A. tiene 17 años. Se encuentra oficialmente prófugo desde las últimas horas del sábado 27 de noviembre, cuando protagonizó un hecho insólito en la puerta de los tribunales porteños. José Pereyra, el abogado del agresor, había pactado su entrega con la justicia menores, pero el chico y su mamá se arrepintieron segundos antes y escaparon en una camioneta.
La decisión familiar derivó en la renuncia del letrado: “Hago saber mi renuncia al cargo de defensor particular del menor, teniendo en cuenta la actual situación de incertidumbre, por la cual dejo en libertad a sus progenitores para decidir el nombramiento de un nuevo profesional o un defensor oficial que continúe la labor en la defensa”.
El viernes 26 de noviembre, la jueza en lo Penal, Contravencional y de Faltas con competencia Penal Juvenil, Carla Cavaliere, ordenó la detención que había solicitado el fiscal Mauro Tereszko, quien consideró que existían “riesgos procesales”. Le dieron un plazo inicial de dos horas para entregarse antes de ordenar su detención por la fuerza. Como respuesta, la defensa del menor se comprometió a entregarlo el sábado a última hora, pero no cumplió con su palabra.
Desde entonces todos los operativos fueron en vano. Este martes, por ejemplo, se llevaron a cabo un total de once allanamientos: tres en el partido bonaerense de Moreno, tres en La Matanza, uno en Lomas de Zamora y cuatro en la Ciudad de Buenos Aires. El principal objetivo era dar con el joven buscado, pero no lo encontraron. De todas formas, secuestraron 29 celulares que podrían aportar alguna pista de su paradero, una notebook, un CPU, un revólver y una caja de municiones.
En la calle Moreno 820, a metros del estacionamiento donde trabaja la víctima, hallaron los papeles de los dos autos que la familia guardaba en el garaje: el BMW 128I (MHA984) y el Mercedes Benz C200 (GYI994), que está a nombre del padre del chico y tiene 43 multas por exceso de velocidad en la ciudad de Buenos Aires por una suma total de 413.400 pesos.
Según voceros de la investigación, los últimos domicilios allanados son de personas cercanas a la familia del chico. La sospecha es que miembros de la comunidad gitana -a la que pertenece el prófugo- le estarían brindando protección para que no lo detengan.
“Sabemos que ellos tienen los recursos para esconderse y que hay gente que lo puede ayudar, pero vamos a hacer todo lo posible para que este chico pague lo que hizo. No voy a parar hasta que lo detengan”, advirtió hoy Agostina, en declaraciones al canal de noticias A24.
Arturo, su papá, continúa internado en la clínica Iteba de Flores. Ya lleva doce días alojado en la sala cuidados intensivos y su estado sigue siendo delicado. “Está igual. No hay mejoras. A veces abre los ojos, pero no sabe lo que pasó”, refiere Florencia, su otra hija.
La familia del playero está desesperada. No solo porque la víctima no logra recuperarse, sino porque además la Justicia no consigue dar con el joven que lo golpeó de una manera criminal. Por esa razón, anunciaron que mañana a las 7 de la tarde encabezarán un reclamo de Justicia en el Congreso de la Nación.
LN cp
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