El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará hoy por la noche a Brasil con una agenda ambiciosa. Buscará el guiño de Jair Bolsonaro para darle un cierre al acuerdo con Bolivia para importar un mayor volumen de gas e intentará atraer inversiones así como afianzar el vínculo comercial con el principal socio comercial de la Argentina.
Guzmán se reunirá en San Pablo con el ministro de Minas y Energía brasileño, Bento Albuquerque, con quien ya mantuvo conversaciones en su reciente viaje a Francia para cerrar el acuerdo con el Club de París. La idea es asegurar la adenda que mañana se terminaría de negociar con Bolivia para importar hasta 16 millones de metros cúbicos de gas por día en invierno.
Argentina necesita la aprobación de Brasil para cerrar el convenio con el país del altiplano, ya que el vecino carioca tiene prioridad para consumir gas proveniente de Bolivia. Pero como el aporte de agua al sistema energético brasileño habría mejorado, ese gas estaría disponible para Argentina.
Como anticipó Clarín, la importación de un mayor volumen de gas boliviano en lugar de barcos con GNL le permitirá a la Argentina ahorrar entre US$ 300 millones y US$ 350 millones. Mañana, llegará al país el presidente de Bolivia, Luis Arce, y se reunirá con Alberto Fernández.
Guzmán también se reunirá con casi 200 empresarios y empresarias locales del sector energético, minero, agroindustrial, automotriz, y de la economía del conocimiento, con potencial de invertir en la Argentina. Acompañado por el embajador en Brasil, Daniel Scioli y por el cónsul en ese país, Luis Klecker, expondrá sobre las perspectivas económicas y de inversiones del país.
El encuentro fue organizado en conjunto por la embajada argentina y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), una de las cámaras empresarias más importantes de Brasil.
Por último, se trasladará a Brasilia, donde mantendrá una reunión con su par de Economía, Paulo Guedes, para avanzar en la agenda económica bilateral, así como también sobre la situación económica a nivel global y regional. De esa manera, la gestión de Alberto Fernández buscará dejar atrás los chispazos que tensionaron la relación con la administración de Bolsonaro, .