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Laura Esquivel y su gambeta a la fama: “Quiero tomarme el subte toda mi vida”

Ella será Lauren, pero ahora, en la intimidad de su camarín es simplemente Laura Esquivel. Frente al espejo, con la sencillez que la caracteriza, responde sin rodeos todas las preguntas. La orquesta de Kinky Boots se escucha a lo lejos, ensayando sobre el escenario del teatro Astral y Laura se entusiasma con la proximidad del debut.

Lejos de todo divismo, Laura Esquivel cuenta que hace tres años y con la ilusión de ser elegida, audicionó para este personaje, pero no quedó. Así, cuando el musical se estrenó, el papel fue de Sofi Morandi, hasta que la pandemia interrumpió las funciones.

“A fin del año pasado me llamaron para decirme que la obra volvía, que Sofi no iba a poder estar y si quería ser parte”, relata la joven de 27 años. “Fue muy loco. Corté el teléfono y me largué a llorar“, confiesa sin vergüenza.

Laura Esquivel, a pesar de tantos éxitos, es una rara avis dentro del espectáculo argentino. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

-¿A quién le contaste primero la buena noticia?

-A mi novio. Cuando era más chica, mis papás eran los primeros en enterarse de todo. Pero ahora le cuento a mi novio, con el que somos familia.

La chica a la que le gusta estudiar

Hija única de padres médicos (él, urólogo; ella, ginecóloga). Su abuelo paterno, Horacio Esquivel, a quien Laura no llegó a conocer, era escenógrafo de TV: es el único antecedente artístico en la familia. Canta desde muy chiquita y hace poco se recibió de maestra de técnica vocal y da clases.

Además de ser actriz y cantante, sigue la carrera de fonoaudiología en la UMSA (este cuatrimestre no está cursando, pero piensa seguir). “Amo estudiar”, dice. Desde hace cuatro años vive con su pareja, Facundo Cedeira, un joven de su misma edad, que se dedica a la política -milita en el radicalismo-, y a la comunicación. Y entre sus planes está ser madre.

Laura Esquivel será Lauren en “Kinky Boots”, con Martín Bossi y Fernando Dente. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

Su faceta artística, la que más le importa, porque siente pasión por lo que hace, quedó relegada durante la pandemia. Antes, había filmado Maradona: sueño bendito y actuado en Gente feliz, una comedia de José María Muscari. “Los dos últimos años fueron los primeros en mi vida que no laburé”, dice.

La vocación temprana

Tenía 8 años, estudiaba comedia musical y apenas se presentó a un casting, quedó seleccionada como bailarina en Guinzburg & Kids. Brilló en Showmatch 2005, compitiendo con su espectacular voz. Pegó un fuerte salto hacia la fama con Patito Feo.

Laura Esquivel, en su rol de Patito feo.

“Mis viejos me acompañaron toda la vida. Fue un camino lindo y duro a la vez”, repasa la actriz y cantante. Tenía 16 años cuando se encontró, de repente, de gira por Europa con El show de Patito feo. Y del otro lado del océano, aparecieron otras propuestas laborales.

Hice dos pelis y conduje un programa en Italia; también filmé en España “, repasa. “Mi mamá fue la que estuvo más conmigo todo ese tiempo. Mi papá podía menos por su trabajo, porque labura en dos hospitales. Mi mamá dejó uno de sus trabajos para acompañarme más a mí”, agradece.

“Mis papás me cuidaron mucho. Recién a los 18 me empecé a mover sola en el ambiente. Y creo que estuvo bien, porque no podés dejar a un chico solo en un ambiente que no conocés, donde la mayoría son adultos. Si fuera madre, no dejaría a mi hijo al resguardo de un productor; no por desconfianza, pero si se trata de tu hijo y es menor, depende de uno”, reflexiona.

Y confiesa que vivía en una suerte de burbuja que tuvo como consecuencia que de grande se sintiera bastante insegura. “Pero prefiero que haya sido así y haber estado tan cuidada”, resume. Recuerda que sus padres siempre priorizaron que se divirtiera y lo pasara bien.

Entre los planes de Laura Esquivel, destaca el de ser madre. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

Con Patito feo descubrió el éxito. “Fue el proyecto más grande que hice y de mucha exposición, siendo muy chica. Ya no era como antes, que iba a un camping y jugaba con otros chicos, porque ahora todos me reconocían y me pedían fotos”, recuerda.

“Hacía lo que me gustaba, pero me pesaba que me reconocieran en todos lados“, analiza. Se bancó todo como pudo, hasta que hace tres años decidió empezar terapia. “Siento que mi vida, en general, se está poniendo más interesante, en parte, por cómo me tomo las cosas”, dice.

El reggaetón no es lo suyo

Actúa, baila y hasta hizo conducción de televisión; pero su vocación es el canto. Así fue que se lució durante tres temporadas en Tu cara me suena (Telefé). Después, hizo una novela en Polka, Divina está en su corazón. A lo largo de su carrera, tuvo la oportunidad de lanzarse al mundo de la música, pero le proponían hacer un estilo que no le convencía. Y Laura tiene claro que quiere elegir qué hacer.

Me ofrecían hacer reggaetón y sentía que no era eso“, cuenta. “Mi naturaleza es la música, compongo y quiero estrenar este año mi propia producción”, anticipa y adelanta que se trata de una balada pop.

Laura Esquivel se negó a cantar reggaetón, pero está armando sus propias canciones. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

-¿Fuiste haciendo amigos en el medio artístico?

No tengo amigos del ambiente. Siempre fui muy cerrada. Mis mejores amigos son de la secundaria o de la tecnicatura en canto. Soy un bichito raro en el mundo artístico; siento que pertenezco y a la vez no tanto. Soy muy tranca, no soy de los eventos.

-¿Eso te hace sentir incómoda?

-Sí, a veces siento que no soy artista del todo… Por eso tengo la dualidad de que me guste hacer cosas tranquilas, como estudiar, y también actuar y cantar.

-¿No renunciarías a tu vida “normal”?

-No, claro. Quiero tomarme el subte toda mi vida. Si algún día tengo que renunciar a mi vida “normal”, ya esto no será lo que me guste hacer. Por eso a veces se me ve haciendo cosas y otras, no se me ve. Elijo qué hacer.

Laura Esquivel hizo dos películas en Italia y condujo un ciclo de TV. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

Sin amigos en el espectáculo, pero llena de conocidos. Haber trabajado desde tan pequeña hizo que se fuera cruzando con muchas figuras; con Tinelli comparte el recuerdo de una linda etapa de su vida, pero no sostuvo un vínculo con él.

Con Kinky Boots vuelve a la comedia musical -la última había sido Los locos Addams, en 2013-. En el 2015, de vacaciones en EE.UU., con su mamá, sin saber que más adelante sería parte de este musical, vio Kinky Boots en Broadway.

“Me gusta, porque es una obra muy libre”, la define. “Es la historia de una fábrica de zapatos que se tiene que reinventar”, resume. “A tantas fábricas les pasa eso e incluso algunas tuvieron que cerrar en pandemia, que la obra tiene una connotación emocional fuerte”, reflexiona.

Laura se calzará las botas rojas, su novio la aplaudirá desde la platea (sacó una entrada para el estreno, sin esperar a recibir una invitación, porque quiere tener”un lugar asegurado”) y seguirá cumpliendo sueños.

Información

Kinky Boots se verá en el Teatro Astral a partir del viernes 8 de abril. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

En enero de 2020 se estrenó Kinky Boots en el teatro Astral (Av. Corrientes 1639), con la expectativa de permanecer en cartel; la cuarentena detuvo el éxito y dos años más tarde, a partir del viernes 8 de abril volverán las funciones.

Protagonizada por Martín Bossi y Fernando Dente, y ahora con Laura Esquivel en el papel de Lauren, el musical de Broadway regresa en su versión local. Con libro de Harvey Fierstein, música y letras de Cindy Lauper y dirección de Ricky Pashkus, Kinky Boots reestrena de la mano de Rimas Producciones y Dabope.

WD

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