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Santoral del 26 de junio: día de San Josemaría Escrivá, español fundador del Opus Dei

“San Josemaría fue escogido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que las actividades que componen la vida de todos los días son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario. En efecto, estaba convencido de que, para quien vive en una perspectiva de fe, todo es ocasión de encuentro con Dios”. De esta manera, el Papa Juan Pablo II definió a Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei.

La historia de Josemaría comienza en un hogar de Balbastro, Huesca (España), donde su padre, José Escrivá, era un comerciante textil. Al igual que su madre, María Dolores Albás, era un católico ferviente que educó en la fe en Jesucristo a sus seis hijos. Josemaría nació el 9 de enero de 1902. En 1914, fue testigo de la ruina económica de su familia.

Los Escrivá tuvieron que mudarse a Logroño, donde José consiguió un empleo que le permitía mantener a su familia. Fue en esa ciudad donde Josemaría descubrió su vocación religiosa. Era Navidad cuando al ver las pisadas dejadas en la nieve por un sacerdote carmelita que caminaba descalzo, se preguntó: “Si otros hacen tantos sacrificios por Dios y por el prójimo, ¿no voy a ser yo capaz de ofrecerle algo?” Al terminar el bachillerato, ingresó al seminario de Logroño y luego al de Zaragoza. En la Universidad Pontificia de la ciudad aragonesa completó su formación previa al sacerdocio. Durante esa época, acudía todos los días a la Basílica del Pilar para pedirle a la Virgen María que le mostrara el destino que Dios había planeado para él.

Santoral del 26 de junio: día de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Imagen de 1974: el Santo español habla a sus fieles en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. /Imagen: Clarín.

El 28 de marzo de 1925, fue ordenado sacerdote en Zaragoza. Celebró su primera misa en la Basílica del Pilar. Comenzó su magisterio en Perdiguera y lo continuó en Zaragoza. En 1927, se mudó a Madrid para realizar el doctorado en Derecho, en la Universidad Central.

El 2 de octubre de 1928, durante un retiro espiritual, de repente, vio la misión que le ha confiado Dios. “De todos los hombres, cualesquiera que sean sus condiciones personales, su posición social, su profesión u oficio (…). Todos los caminos de la tierra pueden ser ocasión de un encuentro con Cristo”, escribió Josemaría para explicar el propósito del Opus Dei (en latín “obra de Dios”) que creó ese día, y nació como una congregación de cristianos que se convertiría con los años en un pilar de la Iglesia Católica.

En 1933, promovió una academia porque, para Josemaría, el mundo de la ciencia y de la cultura es central para la evangelización de toda la sociedad. En 1934 publicó Camino, su obra más conocida y popular. Durante la Guerra Civil Española, Josemaría debió refugiarse en la oración y abandonar Madrid para establecerse en Burgos. Al terminar la Guerra, volvió a la capital española. Su tarea apostólica comenzaría a extenderse por toda la Península.

Santoral del 26 de junio: día de San Josemaría Escrivá. En la foto: venerando en Luján a la Virgen. 1974, Argentina. / Imagen: opusdei.org

Luego de la Segunda Guerra Mundial, el trabajo apostólico de Josemaría trascendió las fronteras. En 1946, se estableció en Roma para preparar el reconocimiento del Opus Dei por parte del Vaticano. En 1950, el papa Pío XII concedió la aprobación definitiva.

Por su parte, el 28 de noviembre de 1982, el Papa Juan Pablo II declararía a la Obra como Prelatura Personal, un propósito que Josemaría perseguía desde el Concilio Vaticano II (1962-1965). La Prelatura es una institución que pertenece a la Iglesia Católica y respeta el derecho y los principios de la misma, pero que se maneja con su propio ordenamiento para evangelizar en el mundo, integrando a laicos y sacerdotes.

Se destacan por sus principios básicos y sus formas de evangelizar, más que por lo territorial, que es cómo se organiza en general la Iglesia Católica, por ciudades, países y regiones y los fieles de esos lugares. El Opus Dei es la única Prelatura Personal que tiene actualmente la Iglesia Católica y se extiende por todo el mundo.

Santoral del 26 de junio: día de San Josemaría Escrivá. Imagen de 2002, en el momento de su santificación en el Vaticano por Juan Pablo II./ [AP Photo/Luciano Del Ca`stillo].

En junio de 1974, Josemaría llegó a la Argentina, donde el Opus Dei tenía presencia desde hacía unos 25 años. Permaneció casi un mes y sus conferencias en el Teatro Coliseo o el Centro Cultural San Martín fueron seguidas por miles de personas. También estuvo en Luján, donde veneró a la Virgen.

Josemaría Escrivá de Balaguer murió en Roma el 26 de junio de 1975. Su proceso de beatificación y canonización tuvo el apoyo de miles de obispos de todo el mundo. Finalmente, el 6 de octubre de 2002, Juan Pablo II lo declaró santo. Sus restos se conservan, y son objeto de veneración, en la iglesia Santa María de la Paz, en Roma.

Otros santos del 26 de junio

Santoral del 26 de junio: día de San José María Robles Hurtado, sacerdote católico, mártir mexicano./ Imagen: Iglesia Católica. Wikipedia.

  • San José María Robles Hurtado. (1888-1927). Uno de los mártires mexicanos, víctimas de persecución originada durante la Revolución (1915-1937). Natural de Jalisco, creó la congregación de las Hermanas del Corazón Jesús Sacramentado. Tuvo que vivir escondido de las autoridades, pero finalmente fue detenido y ajusticiado el 25 de junio de 1927. Canonizado por Juan Pablo II el 21 de mayo de 2000.

  • San Antelmo de Belley. (1105-1177). Ministro general de la Gran Cartuja, realizó importantes obras de restauración en sus edificios. También ordenó la constitución de una comunidad de mujeres que deseaban someterse a la Regla de los cartujos. Hacia 1159, defendió al Papa Alejandro III contra el “antipapa” Víctor IV. Alejandro III lo consagró obispo de Belley en 1163.

  • San José Ma Taishun. (1840-1900). Médico y catequista, víctima de la persecución durante la Revolución Bóxer, en China. Detenido y condenado a muerte tras confesar su fe en Jesucristo, fue masacrado mientras rezaba. en la provincia de Hebei. Canonizado por el papa Juan Pablo II en el año 2000.

  • San Majencio de Poitiers. (445-515). En Saint-Maixent, Francia, se encuentra el monasterio que dirigió Majencio, nacido bajo el nombre de Adjutor. Dueño de una enorme austeridad, solo se alimentaba de pan y agua. Uno de sus milagros consistió en paralizar el brazo de un soldado que lo atacaba con una espada.

  • San Pelayo. (912-925). Culto popular en España que recuerda a un niño que vivió cuando Abderramán III gobernaba desde Córdoba. Un tío de Pelayo dejó al niño, de unos 13 años, en manos de los moros para salvar su propia vida. Preso durante tres años, mantuvo una conducta ejemplar y por eso se lo considera el patrono de la castidad. Abderramán III le prometió todo tipo de lujos y placeres si se convertía al Islam. Ante la negativa, Pelayo fue sometido a la tortura y descuartizado.

  • San Radulfo de Gubbio. (¿?-1064). Obispo de Gubbio, en Umbría (actual Italia) fue un incansable predicador y distribuyó gran parte de sus bienes entre los más necesitados. San Vigilio de Trento. (353-405). Santo patrono del Trentino y del Tirol italiano, completó la conversión al cristianismo en ambas regiones. Habría nacido en Trento y educado en Atenas. De regreso en su ciudad natal, en 385, fue elegido obispo. Al predicar en el valle de Rendena, fue lapidado cuando intentaba derribar una estatua de Saturno. Sus reliquias permanecen en Trento.

  • Santos Juan y Pablo. (Siglo IV). Aunque muy popular, la historia de estos santos (no confundir con la de los Apóstoles de igual nombre) casi no tiene asidero histórico. Según la leyenda, el emperador Constantino los puso al mando del general Gallicano, con quien combatieron en Tracia y a quien lograron convertir al cristianismo. Sin embargo, el emperador Juliano proclamó su apostasía y los hizo ejecutar. Fueron sepultados en una casa de Colina Coeli, donde Joviano luego construyó una iglesia en su honor.

  • Santos Salvio y Superio. (Siglo VIII). Salvio, obispo regional, de designación incierta, y su discípulo Superio llegaron a Valenciennes alrededor del 768. Poco se conoce de Salvio, quien habría predicado en la iglesia de San Martín. Ambos fueron asesinados y sus restos llevados adonde ahora se encuentra el pueblo de Saint-Sauve, Francia.

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