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El Gobierno planteó en Nueva York el conflicto por Malvinas y Estados Unidos avanzó sobre la cooperación en el Atlántico Sur

Fue en una reunión sobre Cooperación atlántica en la que estuvo el secretario de Estado de EE.UU. Anthony Blinken.

Las dos partes estuvieron satisfechas en lo que fue una reunión más importante de lo que fue presentada.

En el Hotel Lote New York Palace con varios cancilleres, entre ellos el de Estados Unidos, el de Brasil, el de España, el de Irlanda, el de Ghana, el de Senegal y otros, Santiago Cafiero reafirmó el martes a la noche el reclamo de soberanía argentino sobre las islas Malvinas, las Georgias y las Sandwich del Sur.

Pero a su vez, bajo la figura de un Acuerdo de Cooperación conjunto sobre el Océano Atlántico, Anthony Blinken, el secretario de Estado del gobierno de Joe Biden, logró un compromiso contra la piratería, la delincuencia organizada transnacional; la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR); el cambio climático; contaminación; y la degradación ambiental que, condensaron, “representan una amenaza para nuestros medios de subsistencia”.

Es decir, bajo la figura de un acuerdo en el Atlántico atlántico, Washington avanzó sobre cuestiones estratégicas en un tema que lo obsesiona particularmente y es el de la presencia China con su poderosa flota y sus abultadas arcas en los mares que bordean el continente americano. 

China no apareció nombrada en absoluto en el comunicado, pero es un tema de preocupación y debate recurrente por parte de los Estados Unidos a sus aliados, entre ellos la Argentina.

Por cierto, en el entorno de Cafiero -que antes de partir a Houston este miércoles con el presidente Alberto Fernández se sacó una foto con el canciller chino, Wang Yi, al que le agradeció las gestiones para que Argentina entre al grupo de los BRICS- señalan que la la pesca ilegal no solo involucra a China sino a otros otros países y que la piratería afecta azota a los Estados del Caribe. Estos plantearon en la reunión con Blinken a su vez, su tragedia en materia climática al estar ahora más vulnerables que en otros momentos y carecer de fondos para soportarlo. 

La reunión de la que participó Cafiero con Blinken fue apenas comunicada. Quedó opacada por las actividades central de las Naciones Unidas. Y de hecho se hizo como un encuentro paralelo.

Cafiero habló entonces de Malvinas en un ámbito que efectivamente es poco habitual, puesto que la Argentina llevó el tema a Washington sobre el espacio de las Naciones Unidas, pero no tiene lugar a hacerlo de manera individual, bilateral.

Para el caso, si bien Estados Unidos no niega la soberanía del archipiélago a la Argentina  no la apoya, y busca mantenerse neutral en el conflicto, que le abriría un frente de problemas con su aliado británico.

Acepta votar en favor de Argentina el llamado al diálogo en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero junto a Canadá se niega a que sea tema en  las Cumbres de las Américas.

Otro tema paralelo que está detrás de la cooperación atlántica tiene que ver con algo que ocurrió recientemente en relación a los compromisos que adopte la Argentina. Pasó inadvertido el reciente faltado del país al operativo conjunto UNITAS que comanda Estados Unidos y en el que participan diferentes fuerzas armadas de todo el planeta. 

Es un espacio de enseñanza, cooperación e intercambio para los efectivos argentinos con fuerzas más avanzadas. Pero el ministerio de Defensa decidió abortar su participación con la excusa de que fue invitado el Reino Unido.

En su momento, Argentina también se negó a hacer patrullaje conjunto en alta mar por lo que un barco emblemático de la Guardia Costera de los Estados Unidos suspendió su entrada al puerto argentino. Son tensiones no olvidadas pero puestas en paréntesis.

Por otra parte, recién asumido, el gobierno de Alberto Fernández protestó por la presencia de un submarino estadounidense en aguas internacionales frente a las aguas nacionales. Estaba navegando el Atlántico Sur, escoltado por aviones del Reino Unido. 

Argentina “aspira a que el Atlántico Sur sea una región reconocida como un ejemplo de paz y diálogo entre las naciones” empezó diciendo Cafiero en la última de las varias reuniones que tuvo con Blinken, la segunda en esta semana puesto que mantuvo otra primero. En ella estaban los otros ministros también. Fue un encuentro grupal.

“En este contexto la presencia militar en el Atlántico Sur del Reino Unido es injustificada, desproporcionada y violatoria de la resolución 2065, que exhorta a los Estados de todas las regiones del mundo, pero especialmente a los Estados militarmente más poderosos, a respetar esa declaración”, dijo.

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