La ficción actual suele cultivar un nuevo tipo de mujer, una guerrera de fuerza inusitada, envidiable preparación física y entusiasta disposición al asesinato o al crimen en general. Estas mujeres son temibles profesionales: sicarias de alta gama, agentes secretas de organizaciones gubernamentales o simples delincuentes.
Kleo es una joven y eficiente agente especial de la Stasi, el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana y al regresar de una misión cumplida a la perfección en la zona occidental queda inexplicablemente detenida, acusada de traición y encarcelada de por vida.
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Tres años más tarde, con la caída del Muro de Berlín, una amnistía general la deja en libertad y Kleo se concentra en su venganza. Con un tono que bordea la farsa y un humor que a veces funciona con sutileza y a veces no tanto, Kleo despliega en la tarea su talento, su velocidad y su erudición en el arte de matar.
Mientras tanto Alemania avanza a los tropiezos hacia la unificación y la serie salta de la ciudad gris arrasada de escombros de la zona oriental a una urbe de colores saturados, casi fluorescentes, atronada de música tecno y adrenalina general.
Las historias de venganza tienen un atractivo especial, despiertan una catártica identificación del espectador -en este caso la espectadora- que solo en su imaginación puede aniquilar a sus enemigos. Kleo, una dúctil Jella Haase, parece una versión algo menos sofisticada de la Jodie Comer de Killing Eve por su capacidad de transformación y su gélida pericia.
Pero Kleo no es una asesina profesional sino una creyente, un factor emocional de la joven que ha sido criada por su abuelo, un alto mando del servicio secreto. Kleo es una brillante luchadora que se va a topar con una cantidad de traiciones y abandonos.
Mientras tanto Sven (Dimitrij Schaad) un policía de la zona occidental, la conoce por casualidad y queda fascinado por ella; a partir de ese momento comienza a perseguirla. Sven es el personaje que más se acerca al tono de comedia, casi siempre sin patinar.
Un delicado humor se exhibe en la banda de sonido, especialmente con los temas elegidos para acompañar los títulos del final de cada episodio: desde “Por qué te vas” si estamos en Mallorca o “Gracias a la vida” cuando la historia llega a Chile.
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Kleo, de ocho episodios, es una producción alemana firmada por la sigla HaRiBo (Hanno Hackfort, Richard Kropf y Bob Konrad) que puede verse en Netflix. En los títulos del comienzo advierte: “Esta es una historia real”. Y a continuación: “Esta historia nunca ocurrió”.