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Pat Metheny: el hombre por el que Pedro Aznar dejó Serú Girán

Los conciertos de Pat Metheny en Buenos Aires fueron los primeros en suspenderse a raíz de la pandemia en marzo de 2020. Comenzaba en la Argentina su gira latinoamericana An Evening With Pat Metheny. Ahora, el tiempo le da revancha. A él y al público.

“Habíamos volado desde Singapur a la Argentina, donde comenzaba la gira que seguía por Brasil, Chile, Perú, México y Cuba. Estaba programado que nos recibiese el presidente, Alberto Fernández. Nos habían recibido como héroes después de tanto tiempo sin visitar el país. Estábamos mirando CNN y veíamos cómo el pánico iba en aumento; bueno, para hacer corta esta historia, volvimos a los Estados Unidos con la gira suspendida”, señaló el músico.

Uno de los guitarristas más influyentes de la escena jazzística, Pat Metheny -con 68 años y más de 50 de carrera- se presentará el sábado 8 y domingo 9 en el Gran Rex, con Gwilym Sincock en piano y teclados, Linda May Ho en contrabajo y Antonio Sánchez en batería. Harán un recorrido por la obra del guitarrista y por su último trabajo con este cuarteto, From This Place (2020).

Por cierto, este año lanzó Side-Eye NYC, con otra formación.

Pat Metheny cambió la trompeta familiar por la guitarra. Todo gracias a Los Beatles.

Su vitalidad y talento desafían cualquier categorización, y su habilidad para combinar elementos del rock y del pop con un sagaz estilo jazzístico produjo una de las más interesantes propuestas dentro del género.

Aznar & Metheny

El de ellos fue un encuentro de dos genuinos talentos: el primer contacto lo hizo Aznar, en 1980, durante el Festival Internacional de Jazz de Monterrey, en Río de Janeiro, en donde tocó con Serú Girán. Después del concierto le acercó a Metheny un demo con varias grabaciones caseras. Pat había quedado encantado con la actuación del grupo.

Metheny (abre la foto) junto a su banda: entre ellos, Aznar (abajo).

Al año siguiente, Aznar gana una beca para Berklee College Of Music y abandona Serú Girán y viaja a Boston a estudiar. En 1982 grabó su primer disco solista, Conduciendo una locomotora, que presentó en septiembre, en Obras. Ese mismo mes recibe la invitación de Metheny para unirse a su grupo, en reemplazo del percusionista Nana Vasconcelos.

Metheny ya había decidido que Aznar fuese parte de la banda y, luego de una cuasi audición, el argentino salió de gira para hacer 40 conciertos entre los Estados Unidos y Europa.

Estuvo en dos etapas del Pat Metheny Group, entre 1983 y 1985, y entre 1989 y 1992, y participó en First Circle, The Falcon and The Snowman, el hermoso Letter From Home y The Road To You.

Los Beatles y la llegada de la guitarra

Pero Metheny no siempre fue guitarrista. Todo comenzó a los diez años, cuando escuchó por primera vez a los Beatles y cambió la histórica trompeta familiar por la guitarra eléctrica. En su hogar había tres generaciones de trompetistas de jazz: su abuelo materno, Delmar; su padre, Dave, y su hermano Mike.

Todo en su mundo familiar era la trompeta que, además, fue su primer instrumento y en el que todos sus parientes ponían grandes expectativas. Patrick (Pat) mostraba desde sus primeros años un talento nada común y prometía convertirse en un verdadero prodigio musical.

Si bien su camino es claramente por el jazz, Pat Metheny se mueve bien por otros géneros.

Nacido en agosto de 1954, en Lee’s Summit, Missouri, no pudo resistirse a la calidad de los Beatles y esa energía única de su música, y adoptó la guitarra para desconcierto de su familia que, al menos, respiró tranquila cuando gracias a dos discos (Four & More, del quinteto de Miles Davis, y Smokin’ At The Half Note, de Wes Montgomery) confirmó que el jazz sería su camino.

A partir de los 10 años, Metheny estudia guitarra, pero sin -al parecer- una firme convicción sobre cuál era su vocación. Sólo a los 12, cuando sus padres le regalaron una Gibson ES-140, decidió ser músico y desarrolló entonces una verdadera pasión por el instrumento.

“Cuando miro hacia atrás reconozco mi primer período fanático desde que tenía 13 hasta los 19, donde lo único que me interesaba era tocar. Sentía que tenía mucho que hacer, mucho para digerir y realmente necesitaba hacerlo de esa manera. En alguna medida creo que estaba tratando de recuperar el tiempo que no había usado para estudiar”, señaló el músico en una entrevista.

A los 15 años, Metheny ganó una beca de la revista Downbeat para asistir a un campamento de jazz, dirigido por el guitarrista Attila Zoller, quien lo invitó a Nueva York para escuchar al exquisito guitarrista Jim Hall con su trío, en el que tocaba el contrabajista Ron Carter. Esas experiencias fueron centrales en su historia.

Entre los 15 y los 17 años hacía casi todas las noches los 32 kilómetros que separan Lee’s Summit de Kansas City, donde comienza a ser una presencia casi permanente en los escenarios de los clubes.

“Cuando subía a un escenario en Kansas City estaba con músicos mayores que yo, que a veces tocaban una melodía que no conocía, en una tonalidad en la que no me sentía cómodo y en un tempo difícil para mí, ése era todo un mensaje para seguir aprendiendo. Tenía que volver al día siguiente, a la misma hora y hacerlo mejor”, comentó el músico.

Mientras tocaba allí siendo un adolescente, el decano de la Universidad de Miami, Bill Lee, le ofreció una beca. A las semanas de estar cursando, Metheny admitió que no podía seguir el ritmo de los estudios. Le explicó a Lee que por tocar todo el tiempo había descuidado sus estudios. El tema quedó resuelto cuando le ofrecieron la cátedra de guitarra eléctrica, recientemente abierta.

Al poco tiempo se mudó a Boston, para enseñar en la Berklee College of Music, donde se convirtió hasta el día de hoy en el profesor más joven de una cátedra. Tenía 18 años.

Para Metheny hay un factor más importante hoy que el simple hecho de practicar y es la composición y la melodía.

“Espero que algún día pueda volver a concentrarme en la guitarra; me encanta el instrumento de una manera igual a la que sentía en mis primeros diez años; creo que si pudiese dedicar un año más o menos a trabajar con ello, con la información y madurez que tengo, podría progresar mucho”, sostuvo este músico en un verdadero baño de modestia.

A pesar de su amor por la guitarra, no se olvida de la trompeta, presencia absoluta en el hogar de su infancia: “Ocupa un lugar especial para mí. Pienso en términos de trompeta la mayor parte del tiempo mientras toco, tanto en términos de fraseo como de contenido. Ha pasado mucho tiempo desde ese momento en que Freddie Hubbard, un joven trompetista, capturó mi imaginación”.

“De todos modos, Clifford Brown y Miles Davis son mis principales héroes del instrumento. Creo que ese amor por el sonido de la trompeta se manifiesta por esa búsqueda permanente de que mi música tenga un elemento de aliento”, explicó el músico durante una entrevista con la revista Jazziz.

Lejos de las drogas

Un tema del que siempre se ha mantenido alejado Metheny es el de las drogas. “Comencé a tocar de manera profesional cuando era joven y pude ver muchas formas en las que los músicos pasan su día. Mi experiencia me demostró que a medida que avanzaba la noche, y el consumo de alcohol y de sustancias aumentaba, la música empeoraba. Creo que ése fue el mejor de los peores ejemplos”, señaló.

“Nunca tuve mucho interés en cambiar mi ritmo. Ahora veo a personas que tenían relaciones con las sustancias y percibo los beneficios reales en la forma en la que viví. No tengo ningún problema moral con que todos encuentren su mejor camino para llegar a los que sea que estén buscando. Pero prefiero estar alejado de gente que consuma alcohol o drogas”, añadió durante su programa PM-Radial.

Una carrera prolífica

Pat Metheny, que acaba de ser invitado a formar parte del Downbeat Hall of Fame, tiene una de las carreras más prolíficas dentro del jazz, con más de 50 álbumes y una presencia casi permanente desde los años ’90 en diferentes clubes, teatros y festivales del mundo.

Su lirismo de platino, su sonido de pradera y ese virtuosismo relajado se hicieron populares con composiciones como Phase Dance, San Lorenzo y ese largo poema tonal llamado As Falls Wichita, So Falls Wichita Falls.

Grabó con Ornette Coleman, Sonny Rollins, Jaco Pastorius, Jim Hall, Joni Mitchell, Gary Barton, John Zorn, Michael Brecker, Dewey Redman, David Bowie y Charlie Haden, entre otros. Ganó tres álbumes de oro y 20 Premios Grammy en diez categorías diferentes.

Algunos guitarristas, según Metheny

Wes Montgomery: Uno de los improvisadores más inspirados y consistentes; es mi guitarrista favorito y uno de mis grandes héroes personales.

John Scofield: Me encanta su fraseo, su toque, su sentido armónico y su sentido del humor. Su forma de tocar es una extensión tan natural y hermosa de él como persona.

Derek Bailey: Tiene una sofisticación melódica única y muy profunda. Su capacidad para mantener cierto tipo de tensión melódica durante largos períodos es totalmente singular. Su toque y su sonido son totalmente identificables.

John Abercrombie: Un guitarrista que sobresale en todo lo que hace. Además de ser un gran solista es un gran acompañante.

George Benson: El gigante dormido. Si George hiciera un disco de trío de guitarra cada año, el mundo sería un lugar mejor. Que yo sepa nunca ha hecho uno; realmente lo necesitamos. Además, es uno de mis cantantes preferidos.

Jimi Hendrix: Para mí, Jimi se parecía a Albert Ayler o Dewey Redman o Pharaoh Sanders; es un narrador genuino que podía usar la emoción pura en dosis extendidas. Como Wes, es un músico que en retrospectiva suena cada vez mejor. Todo lo que tocaba era cierto.

Django Reinhardt: Junto con Wes, el mejor improvisador puro de todos los tiempos en el instrumento y en el sonido. Simplemente glorioso y tan personal.

Información: Pat Metheny se presentará el sábado 8 y domingo 9, a las 20.30, en el Gran Rex, Corrientes 857. Entradas desde $3500 por Ticketek.com.ar

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