Adrian Kwiatkowski lucró con material inédito del cantante británico y del rapero estadounidense Lil Uzi Vert.
Un pirata informático que robó y vendió canciones inéditas de Ed Sheeran fue sentenciado a 18 meses en prisión. El hacker, Adrian Kwiatkowski, también había conseguido acceso a material sin publicar del rapero estadounidense Lil Uzi Vert, y vendió el paquete de información en la dark web por una suma en criptomonedas equivalente a los 148.000 dólares.
El caso de Adrian Kwiatkowski: 5 detalles del delito y la sentencia
- Kwiatkowski, que reside en Ipswich, Inglaterra, y tiene 23 años de edad, fue sentenciado por vender en la web oscura dos canciones inéditas de Sheeran y 12 de Vert.
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- Además de ese botín, las autoridades encontraron más de 1.200 canciones inéditas de 89 artistas diferentes en poder del hacker, que almacenaba en siete dispositivos.
- Fiscales en el Reino Unido señalaron que el ciberdelincuente accedió al material al piratear cuentas basadas en la nube. Según comenta BBC, no se especificó qué plataformas en línea fueron las vulneradas.
- La investigación comenzó hace tres años en Estados Unidos, luego de que varios artistas denuncien el pirateo de sus cuentas por parte de un atacante que se hacía llamar Spirdark. Luego se vinculó ese seudónimo con Kwiatkowski, gracias a direcciones de correo electrónico que usó para recibir pagos en criptomonedas.
- En total, se declaró culpable de 19 cargos que incluyen infracción de derechos de autor y posesión de propiedad criminal. Tal como señalamos, la sentencia a prisión es de un año y medio.
Como en las películas, encontraron un documento con todos los detalles del caso
Las autoridades a cargo de esta investigación encontraron numerosos archivos incriminatorios en un disco rígido del pirata, incluyendo un documento en el que detalla el método que empleó para vulnerar las cuentas de sus víctimas.
En el dispositivo también se hallaron Bitcoins, que Kwiatkowski admitió haber recibido a cambio de las canciones.
El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg Jr, dijo que este caso vuelve a demostrar que “el ciberdelito no conoce fronteras” y señaló que “este individuo ejecutó un esquema complejo para robar música inédita con el fin de llenar sus propios bolsillos”.
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“No solo causó un daño financiero significativo a varios artistas y sus compañías de producción, sino que los privó de la capacidad de lanzar su propio trabajo”, observó por su parte el detective Daryl Fryatt.