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Mauricio Macri 2027, radicales a pura interna y por qué hay récord de voto en blanco

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De película: Macri 2027

Mauricio Macri viajó el domingo hacia la Florida a la misma hora del debate de candidatos. Tiene el compromiso de presentar su libro «Para qué» en la sinagoga de Ventura, Miami, invitado por el rabino argentino Mario Rojzman en Beth Torah Benny Rok Campus.

Este religioso, identificado con el llamado Movimiento Conservador, invitó a que la presentación la haga José Luis Campanella, cineasta y ganador del Oscar, que en su presentación pondrá el acento en el interés que tiene el libro como testimonio de experiencias de liderazgo, más que de estrategias de campaña.

El cine tiene su capítulo en esta campaña, si se atiende a esta presencia del creador de “El secreto de tus ojos” en el acto más importante de Macri fuera del país antes de las elecciones. El sábado por la noche, en el cierre del festival de cine de San Sebastián, los ganadores argentinos lo atendieron mal a Javier Milei en sus discursos porque le atribuyen la intención de terminar con el respaldo estatal al cine. Y eso que Milei es un personaje de película.

Después de esa presentación, Macri sigue hacia Boston, en donde tiene el compromiso de hablar en la Universidad de Harvard. Su presencia en ese foro, tan cerca de las elecciones, es una oportunidad de hacer sintonía fina y precisar las razones de por qué Macri hace lo que hace.

Recuerdos del futuro

¿Interesa eso? Para algunos sí, porque miran lo que Macri dice y lo que da a entender. Ganó la interna de Cambiemos e impuso los tres candidatos principales –Nación, CABA y Buenos Aires– con un costo alto: dividir a su fuerza y hacerle perder las primarias.

En lo que dice, se manifiesta en apoyo de Patricia Bullrich, a quien nominó e impuso como candidata a la presidencia. Se reserva palabras y gestos de identificación con Milei, debido a lo que cree es la comunidad de las ideas “buenas”.

Milei, en realidad, se apropia del discurso sobre la economía que trajo Macri al Gobierno de 2015 y lo estira hacia el maximalismo de motosierra. En sus últimas apariciones ya Macri dice que Milei le robó las ideas.

Quienes hablan en confianza con Mauricio, le atribuyen decir que, para él, que gane Patricia o Milei es más o menos lo mismo, porque si el liberista llega a ganar, va a necesitar el apoyo de Cambiemos en el Congreso y en los territorios.

El ex presidente se cree ya divorciado de los socios radicales, y no le da mucho tiempo a la existencia de esa sociedad. Hay quienes le han oído hablar de que «hay que empezar a mirar el 2027». Eso tiene un solo significado y conlleva la consulta de qué edad tendrá Mauricio ese año: 68.

No está mal, si la política contemporánea es de gerontes –mirá si no Trump vs. Biden–. Si ganase Milei, ya ha dicho que hace la revolución y se va a la casa. Si gana Patricia, en 2017 tendrá 71 pero como la puso él…

Los radicales se hacen los rulos

Los radicales del ala Yacobitti-Lousteau son más drásticos. Creen que Patricia no será presidente y que ellos se van a quedar con el partido cuando la coalición estalle por los aires. Toman posiciones para ese escenario futuro.

Lo mismo pensaba en 1998 Ramón Mestre en Córdoba. Creía que Graciela Meijide le ganaría la interna presidencial de la Alianza a De la Rúa, y que él debía tomar posiciones para quedarse con la conducción del radicalismo. Adelantó las elecciones en Córdoba para asegurarse la reelección como gobernador y nacionalizarse con chapa de ganador. José Manuel de la Sota le ganó y terminó con el ciclo de 16 años de gobiernos radicales desde 1983.

Nunca te prepares para que tu adversario pierda. Hasta eso puede fallar. Este sector de la UCR está en tensión con el radicalismo del interior, que mira a Gustavo Valdés como eventual nuevo presidente del Comité Nacional cuando termine el mandato de Gerardo Morales. Confía en que una debacle bullrichista lo arrastraría a Maxi Abad, otro competidor por la presidencia del Comité Nacional.

El único liderazgo en el radicalismo sigue estando, hasta diciembre, en Diputados, con la conducción de Mario Negri que construyó el rechazo de la reforma de Ganancias, contra el macrismo que quería, en un comienzo, apoyar la iniciativa de Massa. Volvió a cerrar los debates hace dos semanas con un discurso que este fin de semana se había viralizado hasta superar los 1,8 millón de repeticiones en las redes.

El chori y la birra

Este lunes, el ala macrista de Juntos por el Cambio echará el resto de la artillería en una convocatoria de cúpula de sus candidatos y operadores a un encuentro de varias horas, que presidirá la propia Patricia Bullrich, sin Macri que estará en Miami. Han llamado a la mesa nacional del PRO, ampliada, pero sin rispideces.

Estará Horacio Rodríguez Larreta en la apertura, a las 12 en el Belgrano Athletic Club de la calle Virrey del Pino, barrio de Belgrano. La invitación compromete tareas hasta las 5 PM. «Están todos invitados y sería muy importante que participen a darle un empujón final a la campaña de cara al 22 de octubre», dice la tarjeta de cartón.

Convocan, más tarde, a un after-hours infalible en la sede del partido de la calle Balcarce: «Hamburguesas / Choris / Cerveza, Vino y Gaseosas». No estará Omar de Marchi, que integra la mesa, pero se distanció de Cambiemos en Mendoza. Tiene mucho que hacer, aunque conserva su cargo de vicepresidente de la Cámara de Diputados en nombre de Cambiemos. Lo hará hasta el final de su banca, en diciembre.

Si no te hacen caso, que no se note

Patricia buscará blindar la unidad antes del 22 de octubre. Esa unidad es frágil porque los liderazgos están fragmentados. En las últimas dos semanas apareció en los medios reclamando acatamiento. Lo retó a Martín Lousteau por juguetear con el quórum en una sesión del Congreso.

Después debió aclarar que le había dado instrucciones a Maxi Abad y a Nestor Grindetti para que se quejasen del chocolatazo que pringa a todos. Abad dijo desconocer esas instrucciones. Grindetti algo hará en el club Independiente, hoy centro de sus inquietudes, y festejos –por lo menos mortifica a la familia Kirchner, que es de Racing–.

Se enojó además con la senadora Lucila Crexell, que jugueteó con el quórum, en movida tan inocua como emblemática, porque el oficialismo no tenía problemas de número en las dos cámaras. Pero fueron gestos feos de emancipación de Lousteau y de Crexell, que llegó a la senaduría por gestión del propio Macri, vía Miguel Pichetto.

No hacía falta afear el desacato que le hace mal a Patricia. Si tuvo que reclamar acatamiento tres veces, es porque nadie le hace caso. Eso no es bueno a tres semanas de las elecciones. El error es creer que la candidatura da liderazgo, y darse cuenta tarde.

Este encuentro, como la selección de la veintena de acompañantes a los dos debates, busca mostrar respaldo del colectivo más amplio de la coalición. El turno de este domingo lo reservó para mostrar jefes territoriales. El domingo próximo –Facultad de Derecho– habrá otros llamadores partidarios –Larreta, Pichetto, etc–.

La boleta de papel en observación

Las elecciones de Mendoza aportan una singularidad que echa algo de luz sobre la conducta del voto argentino, y pone bajo observación el sistema de la boleta única de papel que se usa en algunos distritos. Las elecciones a gobernador del domingo 24 de septiembre arrojaron la rareza de que los votos en blanco para gobernador fueron el 4,75%, para intendentes 8,08%, pero a legisladores saltaron a niveles más altos: a diputados 14,10%, a senadores 13,72% y a concejales 14,04%.

El analista Andy Tow, responsable del sitio «Atlas Electoral», advirtió que la boleta única de papel en Córdoba, desde que se implementó, ha tenido un porcentaje de voto en blanco en categorías no ejecutivas de ese mismo nivel. En las PASO de Mendoza fue de 15%. Entiende que el problema es claramente esa boleta única papel, vertical u horizontal, que contiene todas las categorías a renovar en una misma papeleta.

“Una de las constantes verificadas –afirma–, es un alto voto en blanco en las categorías legislativas, comparadas con las ejecutivas. Córdoba estrenó este instrumento de sufragio en 2011. Esa vez el voto en blanco a legisladores alcanzó 20%, propiciando la inclusión de una casilla para marcar boleta completa. En 2015, 2019 y 2023 las casillas vacías de los diputados rondaron entre 15% y 18% de las papeletas. Mendoza estrenó este año el formato de boleta única papel, con un diseño vertical y marca de boleta completa. En las primarias de junio el blanco legislativo fue de 15%, y en las generales de septiembre, de 14%.”

El desinterés por lo legislativo

Alejandro Tullio, ex director general electoral bajo varios gobiernos, observa que «si bien marcar un candidato en una boleta única es muy simple, cuando hay que hacer varias marcas, una por cada categoría, hay una tendencia a hacer menos marcas que las necesarias. Por ello, aunque el diseño sea horizontal o vertical, cuando no se elige la opción de boleta completa, hay un porcentaje creciente de voto en blanco, en los casilleros más alejados de la primera marca».

También se cometen errores que incrementan el voto nulo. Aunque hace 40 años votamos cada dos años, el momento de votar pone nerviosa a mucha gente y cometen el error mecánico de no marcar todos los casilleros. Eso se corrige con práctica asidua (en Mendoza fue la primera vez), más capacitación y diseño más claro y simple. Tow pone el acento en el desinterés del votante en los cargos legislativos: «La gente marca el cargo ejecutivo, que es lo que le importa y deja vacío el legislativo, sea por error, porque no le interesa, no tiene visibilidad la candidatura, o le da igual».

Por dónde se filtra la corrupción

Esta singularidad es algo para revisar en elecciones nacionales, porque la Argentina es, desde la reforma constitucional de 1994, un país semiparlamentario y el Congreso es la sede de las decisiones y los conflictos. En este proceso electoral se nota el nivel de conflicto en los debates que se libran en el oficialismo y la oposición en torno a las batallas legislativas.

El desinterés que tiene el elector en las candidaturas legislativas crece a la luz de los chocolatazos, como el de La Plata, que prueba lo que dicen muchos estudios sobre corrupción: su conexión con los cuerpos legislativos es estructural y sistémica.

Entre 1997 y 2001, la legislatura de Buenos Aires protagonizó un debate que terminó con la derogación de una norma sancionada bajo el gobierno de Alejandro Armendáriz (1983-1987). La ley 10370, que se derogó en 2001 en un debate entre el peronismo y la Alianza, que había ganado las legislativas de 1997, le permitía a la Legislatura provincial manejar dos cuentas de fondos reservados cuyo destino no estaba claro.

Posibilitaba el financiamiento en negro de actividades políticas; senadores y diputados podían repartir unos $ 40 millones anuales que no formaban parte del presupuesto oficial y sobre los que no había un control real. Esto equivalía a USD 40 millones por la convertibilidad. La trama platense del cajero de los ñoquis es un reflujo de aquel debate.

Un concejal tira más que una yunta de bueyes

Insaurralde, el náufrago de Marbella, está anotado como candidato a concejal de Lomas de Zamora, en donde es aún intendente con licencia. ¿Para qué querría pasar a ser monaguillo después de ser obispo? Me lo explica un experto internacional en corrupción –evitarla, se entiende–, a quien consulté bajo el compromiso de anonimato.

“En forma general, siempre podrás ver intereses financieros donde los legisladores son dueños de la mayoría de las acciones de compañías de servicios locales, como ser compañías de reparaciones, mecánicas, de seguridad, de provisión de servicios locales, y luego usan su poder en el legislativo para obstruir la regulación e inspección».

«En la Argentina -sigue el experto- tenés doble problema porque hay legislativos provinciales y nacionales. Muchas de las familias de caciques del interior de Argentina son dueñas de todo y usan su influencia para acaparar más recursos, librándose de regular lo que hacen. En Argentina está a ojos vista, cuando mirás la manera en que los legislativos impiden o corrompen al judicial para beneficiarlos. Es a partir de la defensa de sus patrimonios privados que los legisladores argentinos corrompen todo lo que tocan».

«Pueden comprar a quien se les ocurra -concluye-. Una vez que el legislativo está corrupto y se niega a regular, se niega también a dar mayor poder y espacio al sistema de justicia criminal que incluye a la policía, la cárcel y los tribunales. Como casi todos los legisladores son abogados, todos tienen bufetes y la corrupción en Argentina marcha tanto por lo judicial como por lo legislativo.”

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